
Alberto Ballve y Alejandro Fontana
«¿Qué pasaría si desaparecieran las empresas?» Con esta pregunta provocadora nos desafían los autores casi al inicio del libro. Pero no cabe desalentarse: con su experiencia en consultoría, investigación y estudio se ponen al servicio del lector para guiarlo en la búsqueda de posibles respuestas, con datos concretos y ofreciendo espacios de pensamiento autónomo.
No podemos desconocer que se hace urgente pensar en la empresa como un agente fundamental para el desarrollo real y sostenible de una Latinoamérica, hasta ahora, tan castigada por la pobreza, la desigualdad, la corrupción, la injusticia, la falta de garantías… La empresa, muy por el contrario a la imagen de «enemiga» que algunos grupos ideológicos o políticos vienen promoviendo en el imaginario del ciudadano, es un actor de alto impacto económico, pero también social, humanitario y comunitario.
El libro muestra, sin entrar en aspectos macroeconómicos y políticos, cómo las empresas con fin de lucro aportan a la mejora del bienestar social en la región y cómo podrían ofrecer contribuciones mucho mayores. Aportes que deberían ser mejor entendidos y valorados por la sociedad y sus dirigentes. Es importante que los empresarios se preocupen por realizar y resaltar los mismos.
Ante tamaño desafío solo se pretende facilitar la reflexión crítica de ciertos paradigmas existentes sobre las empresas. Si bien no todas las empresas están alineadas con los mismos propósitos -puesto que las empresas se desarrollan dentro de sociedades que tienen sus propias reglas y cultura-, hay en la región importantes y variados casos de empresas con directivos que se centran en el bien común, que se manejan con criterios éticos y que cuentan con equipos comprometidos por aportar bienes sociales.
Se podrá luchar mejor contra el hambre y el desempleo en la región promoviendo iniciativas privadas y líderes benevolentes, trabajando en empresas virtuosas que aporten al bien común de la sociedad, generando valor económico para los stakeholders. Para explicarlo los autores se han fijado cuatro objetivos: 1) destacar la importancia de las empresas en el bienestar social, 2) enfrentar las contradicciones que plantean los éxitos empresariales, 3) promover los aportes sociales empresariales y 4) definir características del perfil de empresario deseado.
Muchas empresas acotan en la práctica el alcance de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) a acciones de gratuidad, solidaridad o cuidados de efectos secundarios no deseados, y esto, no refleja las mayores contribuciones empresariales; que son las que presentan los números globales de desarrollo, empleo y otras variables, particularmente en países desarrollados.
En el libro, se presentan los principales aportes empresarios a la sociedad, dedicando un capítulo a cada uno, con ejemplos de empresas latinoamericanas que los realizan. Esto da un marco de trabajo para que los distintos aportes sociales de cada empresa se integren en su Propósito. El Propósito de la Empresa debe ser la nave insignia de su RSE, y la guía de su estrategia para aumentar el impacto de todas sus acciones en el bienestar social. El propósito de cada empresa, y de las empresas en su conjunto, otorga un objetivo más social a quienes tiene vocación empresarial y trabajan en empresas con fines de lucro.
¿Qué pasaría si desaparecieran las empresas en Latinoamérica? Ese escenario imaginario sería inquietante. Frente a Estados vaciados por la corrupción y las malas gestiones, requerimos empresas que tengan el propósito de impactar positivamente en la sociedad. Como la experiencia de varios casos en Latinoamérica lo ha demostrado, es el medio más adecuado generar- al mismo tiempo- riqueza, empleo, inclusión y valores.
Las empresas deben ser como “el caballo que tira del carro”, y así, sacar a la sociedad latinoamericana del estancamiento en que se encuentran nuestros países desde hace muchos años. El ejemplo lo tenemos en varios países de otros continentes. Sin duda, esto implicará un cambio cultural en la clase dirigente, y como todo cambio, requerirá unas iniciativas concretas para lograrlo.
Estos impactos tienen que ser comprendidos y enseñados a distintos actores sociales. Es necesario que los dirigentes políticos, sindicales, religiosos, académicos y los mismos empresarios tomen conciencia del rol fundamental de las empresas virtuosas. Y por eso, es importante que estos conceptos se enseñen ya en las Universidades y en las Escuelas de Negocios.
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